viernes, 28 de enero de 2011

Adaptabilidad y Comunicación, lo más valorado por los empresarios para contratar


La capacidad de trabajar en equipo, la adaptación a nuevas situaciones, la habilidad de comunicación y el conocimiento de lenguas constituyen las cualidades más valoradas por los empresarios europeos a la hora de contratar trabajadores con estudios superiores, según una encuesta Eurobarómetro.

El Eurobarómetro publicado por la Comisión Europea (CE) pone de manifiesto que casi el 50% de las empresas de dimensión internacional identificó el conocimiento de lenguas extranjeras como la "habilidad más importante para el futuro".

Según la comisaria europea de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud, Androulla Vassiliou, los resultados muestran que las empresas tienen en cuenta una "amplia mezcla de habilidades" a la hora de contratar nuevos trabajadores.

Además, expresó su compromiso de "apoyar los esfuerzos de los Estados miembros para mejorar la educación superior y profesional, así como la promoción de oportunidades de estudio y trabajo en el extranjero".

La encuesta Eurobarómetro muestra que la experiencia laboral previa es considerada un valor crucial por un 87% de los empresarios, cifra que casi dobla el porcentaje español, que se sitúa en un 49%.

Ante la pregunta de qué currículum universitario elegiría, el 39% de los empresarios responde que aquél que incluya un periodo de prácticas en sectores específicos como parte integrante del programa de estudios.

A pesar de ello, sólo el 12% de las empresas afirma cooperar con frecuencia con las universidades en el diseño de programas de estudio.

Sin embargo, hay más cooperación en lo que respecta a la contratación de titulados universitarios.

Cuando se les pregunta sobre la mejor manera de cooperar con las universidades, los empresarios muestran gran predilección y preferencia por los programas de prácticas (51%), seguidos de la contratación directa por parte de las universidades.

Más de 7.000 reclutadores que trabajan en empresas públicas y no públicas en 31 países (UE-27, Noruega, Islandia, Croacia y Turquía) fueron entrevistados por teléfono para realizar esta encuesta, que se llevó a cabo entre el 30 de agosto y 7 de septiembre de 2010.


Fuente: Cinco Días

jueves, 20 de enero de 2011

Está bien reírse de uno mismo, con un límite: Hollywood


"No pongan corsé al humor"

El cómico tiene licencia para ser muy corrosivo... en el mundo anglosajón - Solo el público puede fijar el límite del buen gusto

La edición digital de El jueves daba la bienvenida al humorista Ricky Gervais con el titular "Ha nacido una estrella" sobre una foto del británico fumándose un puro con llamas al fondo. Subtítulo: "Gervais vs. Hollywood, Globos de Oro 2011". Hasta ahora, todo el mundo daba por descontado que los británicos son maestros de la ironía ("burla fina y disimulada"). Desde la explosiva manera en que el comediante Ricky Gervais condujo la ceremonia de los premios cinematográficos, el domingo pasado, el planeta entero ya sabe que son también maestros del sarcasmo ("burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a personas o cosas"). Porque lo que hizo Gervais, con mejor o peor gusto -eso siempre es opinable- no está muy lejos de lo que los británicos llevan haciendo como quien dice desde siempre. Pero no en todos lados se pueden hacer chistes sobre todo o casi todo. Hollywood es el único límite a las bromas en Estados Unidos. El humor israelí es salvaje. Y en España nadie admite más límites que el sentido común y la autocensura pero infinidad de temas en los que se ceban los humoristas anglosajones no aparecen ni por asomo.

Los muñecos de Spitting Image destrozaron en los ochenta y los noventa a los políticos británicos del momento, pero su éxito no se basaba tanto en la ironía fina y los juegos de palabras, sino en sarcasmo puro y duro, en llevar la sátira política (sátira: "Discurso o dicho agudo, picante y mordaz, dirigido a censurar acremente o poner en ridículo a personas o cosas") al extremo, con un impacto enorme gracias a la televisión.

A los británicos no les gusta el humor grueso, el meramente chabacano ("Sin arte o grosero y de mal gusto") pero adoran la valentía del sarcasmo. Sobre todo si, como en el caso de Gervais, lo ejerce en presencia de los afectados y estos son parte de la élite. En este caso, de la élite de la industria cinematográfica.

En EE UU está bien reírse de uno mismo a discreción, pero hay un límite a las bromas: Hollywood. El escándalo del comediante Gervais, que no volverá a presentar la gala de entrega de los Globos de Oro después de burlarse de los actores que tenía enfrente, no es ninguna novedad. Chevy Chase ya tuvo un tropiezo similar en su incursión como presentador de los Oscars en 1988. Así comenzó su monólogo: "Buenas noches a la falsa comunidad de Hollywood". No volvió a aquel escenario.

Tampoco es probable que regrese Chris Rock, después de sus ácidas críticas en 2005. Rock hizo el mismo tipo de bromas que Gervais: "A la gente de por aquí les gusta decir que hoy en este teatro hay 100 estrellas de Hollywood. Pues no. No es verdad. Solo hay cuatro estrellas. El resto son solo famosillos. Clint Eastwood es una estrella. Tobey Maguire es un chaval en mallas [en referencia a su papel en Spiderman]". El comediante, afroamericano, hizo algo que incrementó la incomodidad de su público: añadió conciencia social a sus bromas. Se llevó a un cámara a las puertas de un cine en un barrio de mayoría negra y les preguntó a los asistentes por las grandes estrellas de Hollywood y sus lustrosos estrenos de aquel año (El Aviador, Million dollar baby, Ray). Nadie tenía ni idea de qué estaba hablando.

En Gran Bretaña, hay límites, por supuesto, pero los marca la autocensura. Allí jamás se hubiera secuestrado una publicación por ridiculizar al heredero de la corona y su cónyuge como ocurrió en España con la caricatura del príncipe Felipe y Leticia en la portada de El Jueves.

Eso no significa que guste todo. Cuando el humorista escocés Billy Connolly se mofaba en 2004 de Ken Bingley, un ciudadano británico secuestrado por Al Qaeda en Irak, mucha gente se lo reprochó silbándole en el teatro Apollo de Hammersmith, en Londres. Un espectador le abroncó por bromear con un asunto de vida o muerte y Connolly le envió a la mierda. Pero a nadie se le ocurrió prohibirle que repitiera la broma, ni siquiera cuando Bingley fue efectivamente decapitado. La prensa criticó ferozmente su mal gusto, pero el castigo queda en manos del público, que siempre tiene el derecho de ignorar al humorista que se pasa de la raya.

La gran diferencia entre lo que hizo Connolly y lo que ahora ha hecho Gervais es que uno se mofaba de un pobre hombre a punto de morir y el otro se ha mofado de un puñado de hombres y mujeres ricos, guapos e influyentes.


Humor israelí


El humor israelí es bastante salvaje. Programas televisivos como El quinteto de cámara (1993-1997) o actualmente Qué país maravilloso han abordado con un sarcasmo sin límites temas tan terribles como el Holocausto o el bombardeo sobre Gaza en el invierno de 2009.

El quinteto de cámara hizo un sketch en el que se ironizaba sobre la abusiva utilización del Holocausto por parte de Israel. Dos atletas israelíes que participaban en una carrera en Alemania exigían salir con varios metros de ventaja sobre los demás competidores. Cuando el árbitro, estupefacto, se negaba, los israelíes invocaban el Holocausto y la película La lista de Schindler y acusaban a la organización de antisemitismo. Al final, evidentemente, conseguían la ventaja.

También fue polémico un sketch del mismo programa en el que un grupo de judíos de Varsovia organizaba una fiesta que concluía en las cámaras de gas de Dachau, con el exterminio de los participantes.

Lo más brutal emitido dentro de Qué país maravilloso fue un sketch durante el bombardeo de Gaza. En un momento absolutamente crítico, en el que las víctimas palestinas del bombardeo se contaban por centenares, los guionistas decidieron iniciar su sátira con una retransmisión de la guerra al estilo de un programa deportivo, en el que cada muerto palestino se celebraba como un gol. Acto seguido, la cosa derivaba hacia una parodia del festival de Eurovisión en el que cada país europeo votaba el número de muertos palestinos que le parecía permisible. Italia "autorizaba" hasta 800 muertos. Luego votaba Alemania, que subía hasta 6.000 muertos, con gran alborozo del público israelí. Entretanto, se intercalaban otras imitaciones: un líder de Hamás mostraba una guardería en la que criaba niños para utilizarlos como escudos humanos, y el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, justificaba el bombardeo de un parvulario palestino por el hecho de que en el tejado no estaba escrito en hebreo que se trataba de una escuela.

Humor español es descafeinado

Comparado con Israel o el mundo anglosajón, el humor español es descafeinado. Los comediantes argumentan que nadie, ni ellos ni el público, está acostumbrado, porque no hay tradición, porque la mentalidad es otra... "El humor de los anglosajones, sobre todo de los ingleses, es más ácido y están más acostumbrados. Lo ves claramente en programas como Little Britain (de la BBC). Nosotros somos como más pacatos. En Spitting Image sacaban a Margaret Thatcher meando de pie, eso aquí sería impensable", afirma Joaquín Reyes, ahora con Museo Coconut en el canal Neox. Según Reyes, Gervais "se pasó, no fue dando palo, zanahoria, palo... había cosas muy duras como lo que dijo de los actores cienciólogos". El humorista opina que debe haber límites, los que pone el cómico. Y añade: "Siempre he tenido la libertad que he querido". Eso sí, admite que a veces envidia algunos programas del Reino Unido o EE UU.

El humor una cuestión de libertad de expresión en Gran Bretaña

Los británicos ven el humor, por canalla, grotesco o de mal gusto que pueda ser, como una cuestión de libertad de expresión. Cuando el Gobierno del entonces primer ministro Tony Blair propuso legislar contra aquellos que se mofaran de la religión, los primeros que pusieron el grito en el cielo fueron los humoristas, encabezados por el polifacético y genial Rowan Atkinson. Atkinson defendía así el derecho a criticar a cualquier religión igual que se puede criticar cualquier tendencia política. Ya hay leyes que permiten perseguir a quien difama, no hace falta proteger en especial a la religión, denunció entonces.

América VS Hollywood: La polarización de la sociedad estadounidense

"El humor ha sido un instrumento que ha forjado a América", afirmaba Constance Rourke (1885-1941), pionera en estudios de cultura popular y autora de El Humor americano: un estudio del carácter nacional. "Su objetivo -como el objetivo inconsciente de una ciudadanía desunida- parece haber sido el de crear nuevos lazos, una nueva unidad, la imagen de una sociedad y la culminación cíclica de una tipología americana", escribió. En galas o discursos los norteamericanos tienden al chiste, cuando las circunstancias lo permiten.

Con ese fin nació en los años veinte la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, en la que los propios presidentes han dado rienda suelta a su vis cómica, sin poner límites a los temas que se podían tratar. "Este ha sido un año de altibajos para todo excepto para mis cifras en las encuestas de popularidad, que solo han bajado", dijo Barack Obama en 2009. "Da igual, da igual, en mi país de nacimiento todavía soy muy popular", añadió, burlándose de los grupos radicales que dicen que nació en Kenia o Indonesia y no en Hawai.

Otra cosa es Hollywood. No le gusta ni que se burlen de la industria ni que se incluya conciencia social alguna en las bromas, pero existe toda una maquinaria comercial en torno a los chistes sobre asuntos espinosos. La comediante Sarah Silverman no conoce límites: ni el aborto, ni la raza, ni el sexo o las enfermedades venéreas. En 2001 enfadó a la comunidad asiática al referirse a ellos como "chinks", una palabra peyorativa en inglés. Sobre todo bromea, sin embargo, sobre los estereotipos judíos, desde la comodidad de ser judía. En una ocasión dijo, como si hablara de cintas de porno: "Tengo en casa mucho material sobre el Holocausto. ¿Sabes qué? Mucho de ese material es hardcore".

De ese humor ha nacido toda una factoría de contenidos políticamente incorrectos, en perfecto contraste con la corrección política norteamericana. De él se nutren series animadas como Padre de familia. Para muchos, esta cruzó la fina línea del insulto el año pasado al convertir en protagonista de un episodio a una supuesta hija de Sarah Palin con síndrome de Down. Un hijo de la líder republicana, Trig, padece ese trastorno. El crítico de Newsweek Joshua Alston afirmó entonces: "No es gracioso, aunque no te guste Palin o no estés de acuerdo con sus políticas".

La polarización de la sociedad estadounidense favorece un tipo de humor muy específico, intrínseco a EE UU, asegura la profesora Sharon McCoy, vicepresidenta de la Asociación de Estudios de Humor de América. "Los humoristas presentan sus bromas de un modo en que cada miembro de la audiencia puede interpretarlo como desee. Juegan con una ambigüedad que jamás fuerzan hasta puntos demasiado extremos", explica.

Ricky Gervais, en la entrega de los Globos de Oro

Al español Ignatius Farray, que tomó ese nombre en homenaje al irrepetible protagonista de La conjura de los necios, Gervais le habría defraudado si en los Globos no hubiera actuado como lo hizo. "Fue fiel a sí mismo y a los que le siguen". Farray, que es uno de esos seguidores, cree que "el cómico tiene el privilegio y el deber de cruzar los límites". Lo cual, precisa, no quiere decir que todo vale: "La comedia con mayúsculas es una revelación que abre los ojos".

Este profesional que actúa en bares y teatros da un ejemplo que, cuando se le ocurrió (al hilo de una campaña de la Iglesia contra el aborto), le pareció una "burrada" pero que luego incluyó en su repertorio: "Dicen que se protege más a los linces que a los niños. Es verdad. Yo nunca he oído de ningún cura que se haya follado a un lince". Dice que fue muy aplaudido cuando lo estrenó, en unas fiestas de pueblo. Sostiene que "uno descubre a veces que es más mojigato que el público". Está convencido de que los españoles aceptarían (y disfrutarían) un humor más fuerte.

"El sentido común es el único límite" de Vaya semanita (ETB-2), según explica su director, Javier García de Vicuña. "El programa nació con intención de poner en solfa lo que nos rodea porque a los vascos se nos ha acusado de tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos". Uno de los protagonistas de esta noche es "Patxi de Arabia". El lehendakari López está de viaje oficial en Emiratos Árabes Unidos.

Fuente: El País

miércoles, 19 de enero de 2011

Cosecha cultural excelente ante la crisis

Que la evasión es un magnífico antídoto contra la crisis no es noticia. Pero, por si a alguien todavía le queda alguna duda al respecto, aquí está el 2011 para disiparla. El año que comienza llega cargadito de buenas oportunidades para la emoción, el placer y, en resumidas cuentas, el entretenimiento. Y eso, a pesar de que los creadores, como el resto, también se han tenido que apretar el cinturón. Vean si no.


Este será, por ejemplo, el año en el que descubriremos en las librerías una nueva novela de Juan Marsé y la última -¿definitiva?- obra inédita de Roberto Bolaño. En el que llegarán a los cines el Tintin de Spielberg, lo más reciente de los Coen, el desenlace de Harry Potter y el reencuentro de Almodóvar y Antonio Banderas. En el que recalarán con su música en Barcelona Bon Jovi, los rockeros más taquilleros del 2010, y el ídolo de masas adolescentes Justin Bieber, y -ojo al dato- Julio Iglesias debutará, a los 67 años, en el Liceu. En el que Raimon, Madonna y Lady Gaga sacarán disco, en el que Àlex Rigola se despedirá del Lliure para dar paso a Lluís Pasqual y en el que el románico catalán viajará por primera vez a Madrid.Actuarán en Galicia cantantes como Luis Eduardo Aute, María Dolores Pradera, Rodrigo Leáo, Mercedes Peón, Rosa Cedrón con Cristina Pato, o David Bustamante



¡Ah! Y el cuché también tendrá su miga, claro. Anoten. Vendrán al mundo el primer vástago de nuestra pareja del celuloide más guapa y más hollywoodiense y los gemelos de los herederos al trono danés. En el capítulo realeza habrá en este 2011 otras fotos imprescindibles para la hemeroteca de los colorines. A saber, las bodas principescas de Guillermo de Inglaterra y de Alberto de Mónaco.

Pero, aún hay más. La oferta sigue y no le irá mal al lector disponer de algunas pistas. Lean, a continuación, un repaso, necesariamente sucinto, de lo que nos deparará el año en los diversos ámbitos de la cultura y, en general, el esparcimiento. Certezas e incógnitas incluidas.

Literatura

Los editores y los libreros empiezan el 2011 con dos dolores de cabeza, Por no mencionar la preocupación por el descenso del 10% en las ventas. La causa del primero no es nueva: el miedo a la piratería, que ha retrasado la explosión del libro electrónico, que, ahora sí, ya se intuye inminente.

Se les encienda o no la bombilla a los responsables de la industria del libro, la cosecha literaria del 2011 se presenta excelente y augura que compradores no faltarán. Ahí están, ya en la imprenta, nuevos títulos de Murakami, Martin Amis, Ian McEwan, Eduard Punset y la novela póstuma de quien es posiblemente el mejor cronista del desánimo de la sociedad norteamericana, David Foster Wallace, que se suicidó hace dos años con 46 cumplidos.



Cine español muy internacional

El cine y la música, además del libro, son los otros sectores de la cultura sangrados por la piratería en la red. Es de esperar que el nuevo año nos traiga la aprobación de la ley Sinde, que sosegará por fin a autores y a empresarios. Pero, garantías jurídicas al margen y por lo que respecta a la producción, el catálogo de películas y discos del 2011 es espectacular. Empecemos por el cine.



Los estrenos españoles tendrán un toque internacional. Dos de nuestros jóvenes -aunque ya no lo sean tanto- valores, J. A. Bayona y Juan Carlos Fresnadillo, vuelven con filmes rodados fuera y actores de relumbrón que hablan inglés. Naomi Watts y Ewan McGregor están en el reparto de la cinta del director catalán y Clive Owen y Daniel Brühl, en la del canario. También Icíar Bollaín filmó en el extranjero, en Bolivia, con el mexicano Gael García Bernal y el enorme Luis Tosar, que figura en el cartel de otra película del año, la nueva de Jaume Balagueró.

Madonna frente a Lady Gaga

Habrá en el mercado discos nuevos de las dos superdivas del pop, la consagrada Madonna y la fulgurante Lady Gaga. Se aguarda asimismo con gran expectación el retorno de Amy Winehouse, cuyas estrafalarias andanzas en estos últimos tiempos han captado más la atención de la prensa cardiaca que de la musical. Y están de enhorabuena los fans de Coldplay y de REM, cuyos nuevos trabajos saldrán pronto. Y los de U2 que se preparen, porque el grupo de Bono cocina desde hace meses el material para su próximo álbum.
En Galicia volverán el ciclo de Jazz de la Fundación Barrié de la Maza, la VI edición del Iberojazz...



Danza, Ópera, exposiciones de Nova Caixa Galicia

También vendrán a Galicia compañías de danza como Mómix o el Ballet de Víctor Ullate, orquestas como la Concertgebouw Chamber Orchestra, la Filarmónica de Moscú, o personalidades la soprano, compositora y directora de orquesta Pilar Jurado, además de lo mejor de la cartelera teatral del país y de las compañías gallegas. Además, habrá exposiciones dedicadas al escultor Mario Marini, los grabados Suite Vollard de Picasso o los fondos del Kunstmuseum de Bonn.





Fuente: www.elperiodico.com

viernes, 14 de enero de 2011

Expulsión de talento


Apunten este dato, que me parece impresionante: en plena crisis del empleo, los españoles vuelven a emigrar. Pero, a diferencia de la emigración sufrida en el pasado, ahora se marchan los más jóvenes y los más preparados. Estamos proporcionando a otros países el capital humano que no podemos acoger en nuestra nación. Un total de 150.000 (ciento cincuenta mil) titulados superiores, formados en nuestras universidades con cargo al presupuesto del Estado español, están trabajando en empresas u organismos extranjeros. Gastamos inmensos recursos públicos en la formación de profesionales para que rindan en el exterior.

Dicho de forma un poco brutal: importamos mano de obra valiosa, pero sin cualificar, y exportamos lo más cualificado: licenciados y doctores llenos de ímpetu juvenil y con ganas de trabajar y triunfar. Si se pudiera hacer una balanza de pagos del talento, igual que se hace una balanza comercial, sería muy deficitaria para España.

El motivo no requiere ninguna explicación: si tenemos un mercado laboral cerrado y sin expectativas de abrirse en cuatro o cinco años, los buscadores de empleo miran a otros escenarios. Aquí no hay oportunidades de trabajo, como no sea en empleos precarios e inferiores a la categoría que corresponde por formación y titulación. Incluso tendríamos que revisar, para nuestra decepción colectiva, el tópico que asegura que la buena formación es garantía de empleo.


¿Podemos agravar un poco la perspectiva? Me temo que sí. Esos ciento cincuenta mil titulados no son un número cerrado. Lo más probable es que sean los adelantados de una lista que el cierre del mercado no hará más que agrandar. Me pregunto cuántos otros estarán mirando las ofertas de trabajo de distintos países y cuántos echarán solicitudes en la pujante Alemania, que acaricia la meta del pleno empleo y donde ahora mismo hay cerca de cuarenta mil vacantes de ingenieros y varios miles de personal sanitario, entre otras sugestivas ofertas.

No trato de hacer un retrato dramático de esta situación. Me limito a anotar lo más evidente. El principal capital de un país es su capital humano, y se está expulsando. Uno de los principales derechos de la persona es el derecho a un trabajo acorde a su preparación, y se está negando. Uno de los grandes problemas de la economía española es su competitividad, y no se podrá superar sin personal competitivo. Y una deficiencia del sistema educativo es su planteamiento a espaldas de las necesidades reales del tejido empresarial, y la universidad produce grandes titulados, pero también excedentes. Que cada cual obtenga su propia conclusión. Yo me limito a decir que el Estado financia y la universidad engendra una auténtica sangría nacional.

Fernado Ónega

Fuente: La Voz de Galicia

jueves, 13 de enero de 2011

La historia del Bolígrafo de Gel Verde







"El bolígrafo de gel verde” narra, con un vocabulario llano, plagado de antítesis y ricas descripciones de sentimientos, dos meses a lo largo de la vida de un hombre (que juraría no tiene nombre por más que lo he rebuscado) de 40 años que está agobiado con su vida. Sólo ve a su mujer 3 horas al día, a su hijo sólo media hora y la culpa ¿quién la tiene? La vida, la vida que llevamos todos (y a lo mejor debo decir que con los tiempos que corren somos afortunados), la vida que nos exige que nuestro tiempo lo empleemos en trabajar. No hay tiempo para disfrutar, así es la vida de hoy en día, con lo cual, creo no equivocarme al decir que nuestro protagonista es un personaje anónimo, uno más de esos que nos cruzamos cada día en la calle y de los que casi todos nosotros formamos parte.

La historia de una novela contada por su protagonista




Una tarde de 2006 me senté frente al ordenador con una idea fija en la cabeza: escribir una historia del día a día, una historia que fuese capaz de penetrar más allá de la mirada de un lector, una historia capaz de permanecer en el recuerdo. Pero sobre todo, deseaba escribir la novela que a mí me hubiese gustado leer.

Invertí más de dos años en terminarla, miles de horas inventando personajes, capturando pedazos de realidad, creando situaciones cotidianas pero escondidas, sentimientos comunes pero disimulados; en resumen, invertí una pequeña parte de mi vida en crear otras vidas.

Fue a mediados de 2009 cuando la acabé. Aquella misma noche, la última de creación, encendí nervioso el ordenador para comunicárselo. Pulsé sobre el archivo y lo abrí, y allí apareció ella. Me quedé mirándola, pasando páginas sin leerlas, hasta que llegué a la última de las frases, a la última de las palabras: “Estás perfecta”, le dije.

Recordé con los ojos cerrados esos dos años juntos; todas las horas, tardes, días y noches que habíamos pasado acompañados; todas esas madrugadas en las que yo acababa dormido sobre el teclado; todas esas risas y todas esas lágrimas que compartimos durante tanto tiempo, que compartimos mientras la estuve escribiendo. Y tras el paso de unos minutos en ésa, nuestra intimidad, me hizo una pregunta para la que yo no tenía respuesta: “¿Y ahora qué?”

¿Y ahora qué?… Había estado tan inmerso en su creación que no me había planteado qué haría después con ella, qué haríamos. No tenía respuesta. Nunca pensé en su existencia más allá del nacimiento; nunca pensé que no quería quedarse en Nunca Jamás para siempre.

Durante varias semanas, cada noche, me acercaba al ordenador, lo encendía y la miraba, en realidad nos mirábamos. Así nos podíamos pasar horas, cada uno en una orilla, como dos conocidos que jugaban a no encontrarse; que, entre reproches y disculpas, jugaban a verse sin mirarse. Y fue durante esas noches cuando me di cuenta de que, tras esos dos años, ella ya había conseguido estar completa y yo, en cambio, me había quedado vacío. Fue cuando me di cuenta de lo más importante: una novela nace para ser leída.

Así que decidí ser yo mismo quien le devolviera la vida, ser yo quien la publicase. Aún recuerdo la tarde en que se lo dije, aún recuerdo su sonrisa, sus ganas por salir de aquel ordenador que se había convertido en cárcel.





La Autoedición:
Opté por editarla yo mismo. Si había sido capaz de estar durante dos años escribiéndola; ¿por qué no iba a poder editarla? Le comuniqué la decisión. “Cariño”- le dije- “eres lo mejor que ha salido de mis manos, te escribí para ser leída. No voy a permitir que nadie te desprecie sin ni siquiera llegar a leerte, tú no has nacido para eso”.



Y fue así como ella y yo, mi obra y su autor, comenzamos el camino juntos. Trabajamos de nuevo durante meses; días y noches en los que estuve jugando con sus formas, buscándole el mejor formato, el mejor tipo de letra, la distancia exacta entre sus huesos que eran líneas, entre sus órganos que eran párrafos… Le busqué una buena imprenta para dotarle de una piel de papel.

Ahora ya sólo faltaba distribuirla. Podría haber contratado a una empresa, pero sé que ella nunca se hubiese atrevido a ir sola, estuvimos demasiado tiempo juntos; así que finalmente decidí acompañarla a todas partes. Admito que al principio fue difícil, en algunas librerías ni siquiera nos recibieron: “no van ustedes por el canal adecuado”, nos decían. Y en las que lo hacían tampoco nos tomaban muy en serio, pues dejaban los ejemplares en lugares demasiado escondidos, lugares donde ella no podía lucir aquel traje que tanto le gustaba.

Por eso decidí ayudarla un poco más, pues un libro abandonado tiende a hacerse invisible en muy poco tiempo. Por eso he estado durante muchos días, durante muchas horas, de pie fuera de las librerías, repartiendo marca-páginas y hablando uno a uno con todos los posibles lectores. Aún recuerdo cada vez que iba a una librería y les intentaba convencer para que me dejasen estar todo el día en la puerta promocionando la novela.

Y así, con mi insistencia y su calidad, poco a poco la situación fue mejorando. Y claro, con el aumento de ventas, comenzaron a tratarla con respeto, incluso con cariño que era más importante. Cada vez estaba más visible, en mejores estanterías y junto a mejores novelas. Tendrían que haber visto su cara el día que la colocaron junto a una de Saramago.

También he de reconocer que tuve mucha ayuda, pues mis padres la adoptaron, como a ese nieto que aún no han tenido. Y si mi padre se encargaba de recoger los paquetes de libros que iban llegando de la imprenta, y llevármelos a la librería en la que estaba de promoción, fue mi madre la que ejerció un papel más sentimental, pues a partir del nacimiento de la novela se dedicó a llevar siempre un ejemplar en el bolso para enseñarla en cualquier pescadería, mercado, frutería y demás establecimientos por los que habitualmente pasaba. Una parte de ella -a la novela me refiero- se acostumbró a vivir al abrigo de una madre que no era biológica, pero sí adoptiva.

Y así, conforme pasaba el tiempo, cada vez más lectores preguntaban por la novela, la buscaban o comentaban sobre su trama sin saber que ella estaba ahí, sobre cualquier estante, escuchándoles.



La Promoción:

Posteriormente, en mi rol de padre que quiere ver crecer a su criatura, intenté llevarla a lugares más grandes, más importantes, como El Corte Inglés, FNAC, etc. En la mayoría de ellos, al principio me respondieron con negativas: “no va por los cauces adecuados”, me decían. Pero yo volvía de nuevo a intentarlo, y volvía y volvía, hasta que finalmente me permitían ponerlas a la venta e incluso me dejaban estar por allí promocionándola.

Y así, poco a poco, ciudad a ciudad y librería a librería, creamos lo que ambos denominamos TOUR 2010; que, recuperando el espíritu de las bandas de rock, consistía en coger el coche, llenar una maleta con decenas de ejemplares e ir, por distintas ciudades, dando a conocer la novela. Ciudades que normalmente no escogía yo, sino los propios lectores, pues ellos con su insistencia convencían a librerías, organizaciones, ferias… para que me dejasen estar allí promocionando la novela.


Durante esta pequeña aventura me he dado cuenta de que eso que llaman “boca a oreja” funciona mucho más rápido a través de las redes sociales, pues no había día que en Facebook no tuviese mensajes de apoyo, recomendaciones del libro, crónicas del mismo, opiniones…



Espasa:

Finalmente conseguí ponerla a la venta en La Casa del Libro de Castellón. Inmediatamente lo comuniqué en Facebook y cientos de personas escribieron una opinión sobre el libro en la web www.casadellibro.com. Consecuencias: gracias a todas esas opiniones la novela se situó como la segunda más valorada en portada de la web, y quizás gracias a eso finalmente la novela llegó a oídas de la editorial Espasa.

La leyeron, les gustó y se pusieron en contacto conmigo para poder distribuirla en toda España.

Toda esta pequeña aventura continúa el 13 de enero de 2011, día en el que la novela se pondrá a la venta, a nivel nacional.

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P.D.: Tras varios meses de TOUR me quedo, de por vida, con una experiencia que me ha aportado amigos en muchas ciudades, compañeros de aventura en ferias, lectores que simplemente venían a saludarme, personas que me han contado sus pequeñas o grandes historias mientras hablábamos de libros, cientos de fotografías y millones de recuerdos. Y sobre todo me he dado cuenta de que a veces los molinos no son tan grandes como los vemos.

FUENTE http://www.elboligrafodegelverde.com/