lunes, 26 de marzo de 2012

Invasión de la privacidad de FACEBOOK en los procesos de selección

La red social Facebook responde a la polémica surgida en Estados Unidos en procesos de selección de personal. Se han conocido varios casos en los que los entrevistadores pedían a los candidatos las contraseñas de Facebook para ver sus cuentas y si se negaban quedaban automáticamente descartados para el puesto. Facebook considera que se trata de una situación "preocupante" y advierte de que las empresas pueden tener problemas legales.
Las polémicas en torno a Facebook y su impacto en la vida laboral no dejan de sucederse. En los últimos años varios casos han salido a la luz sobre trabajadores despedidos por sus comentarios en Facebook en contra de sus jefes o de otros compañeros de trabajo, incluso por interesarse por otras ofertas de trabajo a través de redes sociales como LinkedIn. Pero en la actualidad otra polémica sale a la luz en Estados Unidos.

Según recoge la web de The Guardian, varias empresas están pidiendo a los candidatos a un puesto de trabajo el email y la contraseña con las que acceden a Facebook para tener acceso a su cuenta y revisar todas las actividades del candidato en la red social. Esta práctica se está convirtiendo en habitual entre las empresas estadounidenses y si el candidato se niega, se le retira automáticamente como candidato al puesto.

Ante esta polémica, el jefe de privacidad de Facebook, Erin Egan, asegura que se trata de una práctica "preocupante" e incluso amenaza con emprender acciones legales. "Si eres usuario de Facebook nunca debes compartir tu contraseña, ni dejar que nadie acceda a tu cuenta, ni haga nada que pueda poner en peligro tu seguridad o que viole la privacidad de sus amigos", asegura Egan.
Egan advirtió que las empresas que piden los datos de acceso "pueden meterse en una serie de problemas de los que no son conscientes", asegura Egan. "Por ejemplo, si un empresario ve en Facebook que alguien es miembro de un grupo protegido (por ejemplo, mayores de cierta edad, etc) el responsable puede enfrentarse a demandas por discriminación si no contratar a esa persona", afirma.
"Facebook se toma su privacidad muy en serio. Vamos a tomar medidas para proteger la privacidad y seguridad de nuestros usuarios, ya sea mediante la participación de políticas o, en su caso, iniciar una acción legal, incluso el cierre de las aplicaciones que abusan de sus privilegios", concluyó el jefe de privacidad de la red social.

"INVASIÓN JUSTIFICADA DE LA PRIVACIDAD"

Las declaraciones del jefe de privacidad de Facebook se producen días después que el Senador Richard Blumenthal se comprometieron a prohibir este tipo de prácticas.
Esta semana, según recoge el diario británico, el demócrata de Connecticut y el ex fiscal general del Estado aseguró que este tipo de peticiones implican una "invasión injustificada de la privacidad". "Estoy profundamente preocupado por las prácticas que parecen estar extendiéndose vorazmente en todo el país", dijo Blumenthal.
La American Civil Liberties Union (ACLU) se refirió a esta nueva práctica como "una invasión terrible e ilegal de la privacidad".

Fuente: PortalTic.es

Enlaces relacionados:
- The Guardian (http://www.guardian.co.uk/technology/2012/mar/23/facebook-privacy-chief-warns-bosses-passwords).

lunes, 12 de marzo de 2012

Los profesionales "bordes" ganan más

Aquello de que ‘el que no llora no mama’ parece tener cierto sentido cuando el objetivo es un aumento de sueldo.

Aún se puede llegar más lejos para conseguirlo: un reciente estudio confirma que los agresivos y los maleducados ganan un 18% más que sus colegas más mansos. Ni una cosa ni la otra, porque en cuestiones salariales no hay que confundir comportamientos agresivos con proactividad.
Parece que acudir todos los días a trabajar con la sonrisa puesta o ser amable con sus compañeros de trabajo, aunque puede resultar muy gratificante, no incrementará su nómina. Un informe elaborado por varias universidades australianas revela que, tras analizar las circunstancias de 10.000 trabajadores, son los profesionales de comportamiento menos agradable los que cobran una media del 18% más al año.

Sin embargo, en estas cuestiones no hay que dejarse llevar por las estadísticas. Maite Gómez Checa, socia de ICE Coaching, señala que “una agresividad bien entendida está relacionada con sacar a los subordinados de su zona de confort para estimularles en el reto, pero sin llevarles al pánico. Por el contrario, un trabajador que consiente, que no hace seguimiento del trabajo y que no es exigente con sus semejantes puede estar incurriendo en una amabilidad mal entendida”.

Si no se gestionan de forma adecuada, ambos comportamientos pueden dar al traste con cualquier política retributiva. Este error puede costar a las empresas hasta el 30% de la masa salarial de sus empleados (6.753 euros por persona y año) y directivos (700 millones anuales), según los datos de PeopleMatters.

Lamentablemente, las compañías españolas aún aplican los variables de forma subjetiva y no miden los resultados por cumplimiento de objetivos. Esta consultora asegura que más del 50% de las organizaciones ni siquiera dispone de una estrategia retributiva. Teniendo en cuenta estos datos, aplicar criterios emocionales cuando se piensa en incremento puede resultar hasta inevitable.

Evaluación, el antídoto contra la emoción


Susana Marcos, socia de PeopleMatters, explica que “una persona que muestra una conducta de intimidación y violencia puede provocar una respuesta de miedo en el otro y conseguir que actúe según su conveniencia, pero afortunadamente no hay muchas”. No obstante, sí que reconoce que “aquellos que despliegan sus comportamientos proactivos en el sentido de mostrar sus capacidades, logros y esfuerzos en el lugar y momento adecuado, suelen tener más oportunidades de progreso profesional y de mejora salarial”.

La justicia para pagar más a los que realmente más aportan, al margen de su don de gentes, la ponen las evaluaciones de desempeño, una práctica que pocas compañías llevan a cabo de forma estricta. “Medir aptitudes, actitudes y valores de manera continua, teniendo en cuenta la trayectoria a lo largo de todo el año, sin apreciaciones personales y no sólo cuando llega el momento de la subida de sueldo es el mejor criterio”, afirma Marcos, quien advierte de que “el jefe tiene la obligación de reforzar a los que más contribuyen a la compañía en términos de negocio y de cultura, no a los que más chillan o lloran”.

Esta teoría no resulta en algunas culturas que, como señala José Manuel Chapado, socio director de Isavia Consultores, “premian la peor cara de la agresividad, aunque suelen coincidir con organizaciones basadas en el miedo y con fuertes planteamientos jerárquicos”.
Pero por fortuna estas organizaciones están en un satisfactorio peligro de extinción: “El futuro no está pensado para ellas. Incluso en el ejercicio de la venta esta agresividad es cada día más castigada”, añade Chapado. Apunta además que los perfiles comerciales, aquellos que en principio están más predispuestos a una actitud agresiva para conseguir captar a un cliente, están cambiando: “Su éxito está basado en la inspiración de confianza y el cuidado de la relación”.
Parece que la agresividad, si bien puede resultar a corto plazo, a la larga se paga y mal gestionada le puede costar el puesto: se dejan en el camino cadáveres que tarde o temprano retornan. A veces una subida de sueldo no merece la pena. Como concluye Chapado: “Harto es conocida la sentencia que dice que quien más grita, menos argumentos tiene”.

Fuente: Expansión